jueves, 27 de junio de 2013

Behaviorismo: el corazón de B.F.Skinner

“Los grandes problemas que afronta el mundo de hoy sólo se pueden solucionar si mejoramos nuestros entendimiento del comportamiento humano.” - B.F. Skinner
 

Burrhus Frederic (1904-1990) es probablemente uno de los personajes más importantes del campo científico de la psicología del siglo XX. Cuando escuchamos Skinner, lo primero que se nos viene a la mente es conductismo, condicionamiento operante, reforzamiento, ratas de laboratorio. Es casi imposible que cualquier persona en nuestro pequeño planeta no le suene el nombre de B.F. Skinner, pues junto a Pavlov y Watson es lo primero que nos enseñan en nuestros colegios acerca del conductismo -corriente pilar de la psicología junto al psicoanálisis, cognitivismo y Gestalt. Precisamente, el problema radica cuando las personas vinculamos en demasía a Skinner con Pavlov o Watson, ahí empieza la cuestión a tomar y, junto a ello, el sinnúmero de críticas destructivas gratuitas que en mi opinión no son mas que malas interpretaciones teóricas.     
 
Es irónico pero Skinner lo escribe en el año 1974 en la introducción de su obra más completa, “Sobre el conductismo” (también conocido para los hablo hispanos como "Acerca del conductismo"). Y hace referencia a estas modalidades revisionistas que critican desacertadamente su labor. Tomemos sólo la primera de una lista de veinte anotaciones: 
 
“He aquí, por ejemplo, algunas de las cosas que usualmente se dicen del conductismo, o que se dicen de las ciencias del comportamiento. Yo creo que están erradas.
1.      Ignora la conciencia, los sentimientos y los estados de la mente.” (Skinner, 1974)
 
En primer lugar –hace referencia Skinner-, acerca del viejo cuento del hombre-autómata: un hombre sin conciencia, sin sentimientos y sin mente. Un cuento completamente falso sobre el conductismo skinneriano, afirmando tan solo los alegatos que se escriben en la parte introductoria de su obra. Entonces la pregunta sería ¿De dónde vienen estos falsos argumentos sobre el conductismo skinneriano? La respuesta es sencilla y pasaré a explicar lo mencionado por Skinner en susodicho volumen.
 
Como mencionaba anteriormente, el germen de esta discusión se sitúa con la historia inicial del movimiento. Como sabemos el personaje que inició la escuela del behaviorismo fue el psicólogo John Broadus Watson (1878-1958) quien en 1913 publicó “La psicología tal como lo ve un conductista”.  Este libro, que dio el nombre a esta nueva escuela, afirmaba que la psicología debía reestructurarse conceptualmente como ciencia orientada sólo al estudio del comportamiento. Como es obvio, la lluvia de desacuerdos no se hizo esperar, grandes masas de psicólogos en todo el mundo se manifestaron en contra de esta nueva posición teórica, inclinándose los estudios psicológicos de aquel entonces a procesos mentales en un mundo mental de conciencia, una ciencia cuasi filosófica. Aunque más tarde, el propio Watson admitió que sus afirmaciones eran exageras, esto poco sirvió. Nació un fantasma.  
 
Al parecer, este fantasma reduccionista de Watson continuó siguiendo a los conductistas hasta estos días. Empero hay que aclarar que en el momento en que Watson empezó sus estudios conductuales eran pocos los alcances científicos que se tenían, particularmente del comportamiento humano. Por lo que sus trabajos se los tomaron como simplistas y obvios, cosa que no se podría ni pensar del marco teórico skinneriano.
 
No obstante, los trabajos de B.F. Skinner son sumamente diferentes a la de los conductistas clásicos como Watson y Pavlov, él nunca separó al hombre de conciencia, sentimientos y mente. Todo lo  contrario, los reconoce y los añade a su conjetura teórica.
 
Señaló que el cambio en los sentimientos y el cambio en el comportamiento tienen una causa en común: la felicidad (Skinner, 1974). Afirmando un efecto teleológico dentro de la relación comportamiento-sentimientos. Asimismo, indicó que los sentimientos se representarían como productos colaterales de las condiciones encargadas del comportamiento. Por ejemplo: la expresión “Amo a mi mujer” parece ser un informe de sentimientos, pero también implica una probabilidad de acción. Si "amo a mi mujer” debo realizar un margen de acciones positivas que reafirmen lo que siento, y que por el contrario si “no amo a mi mujer” accionaré negativamente. Lo que nos hace pensar que:
“Las cosas que nos hacen felices son las cosas que nos refuerzan, pero son las cosas, y no los sentimientos, las que se deben identificar y utilizar en la predicción, el control y la interpretación.” (Skinner, 1974)
 
Por lo tanto, según Skinner, el condicionamiento operante debería ser simplemente un aspecto de la búsqueda de la felicidad del ser humano, siendo la felicidad un sentimiento, un producto que va a dirección del refuerzo operante. Por lo que Skinner no niega los sentimientos del hombre, solamente los ve objetivamente a partir de su actuar, de su conducta... lo que me recuerda a ¿el concepto de "Amor" propuesto por Erich Fromm?  
 
 
Fuente:
B.F. Skinner (1974) “Sobre el conductismo”

3 comentarios:

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  2. Gracias Leo. Te invito a que leas el libro, y profundices mas mas el punto de vista skinneriano.

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  3. Me parece interesante rescatar la postura de Skinner ya que tal vez por caer en el error de generalización se pierde el verdadero pensamineto de Skinner.

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