Jean Piaget (1986-1980) fue un psicólogo, biólogo y epistemólogo conocido
por su teoría de la epistemología genética y sus estudios sobre el desarrollo
cognitivo en la infancia. Manifiesta que el desarrollo mental es una construcción
continua, “comparable al levantamiento de
un gran edificio” (Piaget, 1974) que, a cada elemento que se le añade, se
hace más sólido, o mejor aún, al montaje de un mecanismo dedicado cuyas
sucesivas fases de ajustamiento contribuyen a una flexibilidad y una movilidad
de las piezas tanto mayores cuando más estable va siendo el equilibrio.
Asimismo, indica dos aspectos complementarios de este proceso de equilibración:
- Es preciso oponer desde el principio las estructuras variables, las que definen las formas o estados sucesivos de equilibrio…
- Y un determinado funcionamiento constante que es el que asegura el paso de cualquier estado al nivel siguiente.
Además,
Jean Piaget describe una serie de cuatro estadios o periodos para el desarrollo
de la estructura infantil en los que se configuran determinadas
caracterizaciones y que generan el paso para el siguiente estadio.
Periodo sensorio-motor (hasta 1 año de edad)
1. El estadio de los reflejos, o montajes hereditarios, así como de las primeras
tendencias instintivas (nutrición) y de las emociones.
Periodo del lactante (1 a 2 años de edad)
3. El estadio de la inteligencia sensorio-motriz o práctica (anterior al
lenguaje), de las regulaciones afectivas elementales y de las primeras
fijaciones exteriores de la afectividad.
4. El estadio de la inteligencia intuitiva, de los sentimientos interindividuales espontáneos y de las relaciones sociales de sumisión al adulto.
Adolescencia (12 a 15 años de edad)
6. El estadio de las operaciones intelectuales abstractas
de la formación de la personalidad y de inserción afectiva e intelectual en la
sociedad de los adultos.
En cuanto a las relaciones entre el niño pequeño y el adulto, es evidente que la presión espiritual (y, a posteriori, material) ejercida por el segundo sobre el primero no excluye para nada ese egocentrismo a que nos hemos referido: a pesar de someterse el adulto y situarlo muy por encima de él, el niño pequeño lo reduce a su propia escala, a la manera de ciertos creyentes ingenuos con respecto a la divinidad, y de esta forma llega más que a una coordinación bien diferenciada, a un compromiso entre el punto de vista superior y el suyo propio.
Fuente:
Jean Piaget (1974) "Formación de la inteligencia y de las operaciones lógicas". En Seis estudios de psicología
Fuente:
Jean Piaget (1974) "Formación de la inteligencia y de las operaciones lógicas". En Seis estudios de psicología
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