El perfecto encaje del título con la trama marca
en principio la buena nueva que nos prepara Allen, tenemos un Woody fresco,
novedosa, casi otrora irreconocible. En Match Point, colgó su estilo
satírico y burlesco, dejando atrás títulos como Bananas (1971), The
Sleeper (1973), Annie Hall (1977), Zelig (1983), entre
otras, para abrir paso a un renovado Allen, quien con este film abre las
puertas a degustar apetitosamente un new suspense, un suspenso
renovado con matices mas postmodernas. Engendra Match Point a partir de una
idea bastante convencional y sobreexplotada en la pantalla grande: un triángulo
amoroso. Sin embargo, Woody demuestra ser todo un genio en su campo,
pues sabe, inteligentemente, como captar el interés del espectador
con una idea que en principio puede parecer poco
atractiva y repetitiva, y que conforme la trama avanza esta
evoluciona, volviéndose inquietantemente adictiva. Con su longeva
experiencia y su hipnotizante perspectiva cinematográfica plantea
magistralmente la escalofriante historia de Chris W. y su
lío con ds mujeres. Siendo esta obra un claro ejemplo que en el arte
no es el qué sino el cómo lo que realmente importa.
El
dilema delirante de Chris Wilton de ¿amor o
lujuria? es reconocido en el planteamiento teórico-
filosófico de la vieja escuela psicoanalista de Freud: ¿vida o muerte?, instinto
de vida o instinto de muerte, Thanatos o Eros (Freud,
1920). Representado en la disyuntiva del personaje en dos mujeres
opuestas: por un lado, una amable, culta y multimillonaria mujer inglesa; y por
otro lado, una rebelde, despampanante y sexy mujer americana actriz. Como en Más
allá del principio del placer (1920) de Freud, el desequilibrio
psicológico del protagonista trasciende a partir de su conflicto con ambos
opuestos, entre la formación de una vida plena y su inclinación a la
destructividad de lujuria y de poder. El fuerte cargo de consciencia y el desgaste
psicológico que Chris mantuvo durante buen tiempo lo condujeron al declive personal,
social y moral, provocando en él la manifestación desbordante de un grave
trastorno de personalidad sociópata. Como señale antes, cada fémina
desenmascara un opuesto distinto en su personalidad. El colapso estructural de
la personalidad de Chris se hace más evidente, su id cada vez aplasta más a su ego,
y patológicamente el placer se impone sobre la realidad, por lo que le es
necesario tomar medidas apuradas. La
presión y el choque entre ambos opuestos fue lo que finalmente detonó la descabellada
decisión de Chris. Thanatos tomó el
control sobre él.
Asimismo, a pesar de la
trastornada personalidad que él iba manifestando en el trascurso de la
película, Woody señala que existen factores externos al individuo -casi espectrales-
que intervienen en su trazar de vida. En ciertas circunstancias, a veces
nuestro destino depende de pequeños golpes de… ¿destino? De… ¿suerte? Match
Point es también una película sobre la suerte, sobre el crucial papel que este
juega en el futuro de Chris y en nosotros, en el desenlace final. De esto
se hace referencia en el prologo: “Prefiero
ser un hombre con suerte que un hombre bueno”, palabras serias que diseñan
una perspectiva caótica que va más allá de lo que puede representar al bien y
al mal –sin principios morales-, un efecto del inconsciente colectivo según el
psicoanalista Carl Jung (1921) aunque para Freud (1929) –así como para Jean
Peaget- no es más que una inclinación de los individuos sociales hacia su locus
de control externo. Cosa que contradice y no Allen en Match Point. Esos pequeños detalles que nosotros llamamos
azar, para Woody, no es más que el producto de la fuerza que ejerce
el destino, subrayando la sinonimia de suerte-destino, por lo que no resulta extraño que finalmente nuestro
protagonista justifique su conducta fría y calculadora con citas del
trágico Sófocles: “no haber nacido
es el mejor premio” (Edipo Rey), alegando en términos psicoanalíticos una
neurosis del destino, "(...) dan la impresion de un destino que los persigue, de una orientacion demoniaca de su existencia" (Freud, 1920). Detalle que hay que tomar en cuenta para reincorporar a Allen en
la teoría freudiana.
Finalmente (haciendo un paréntesis), la selección musical se adecua extraordinariamente con la película, cada opera y soneto es un deleite y una pegada precisa en cada escena, sobre todo debo destacar las interpretaciones elegidas del hace mucho tiempo desaparecido cantante Enrico Caruso, como por ejemplo ese gran final de “O figli, o figli miei!” -extraído de Macbeth- con una letra tan desgarradora y trágica como cualquier historia de Sófocles…y hablando del destino. Y por último, también vale la pena honrar la dirección fotográfica de Remi Adefarasin que jugó un papel imponente en la duración de la película, con enormes encuadres que seducen y aumentan la angustia y tensión en el film.
Finalmente (haciendo un paréntesis), la selección musical se adecua extraordinariamente con la película, cada opera y soneto es un deleite y una pegada precisa en cada escena, sobre todo debo destacar las interpretaciones elegidas del hace mucho tiempo desaparecido cantante Enrico Caruso, como por ejemplo ese gran final de “O figli, o figli miei!” -extraído de Macbeth- con una letra tan desgarradora y trágica como cualquier historia de Sófocles…y hablando del destino. Y por último, también vale la pena honrar la dirección fotográfica de Remi Adefarasin que jugó un papel imponente en la duración de la película, con enormes encuadres que seducen y aumentan la angustia y tensión en el film.
Fuentes:
Sigmund Freud (1920) Más allá del principio
del placer. En: Obras completas, Tomo III.
Sigmund Freud (1929) El malestar en la cultura.
En. Obras completas, Tomo III.
Carl Jung (1921) Tipos psicológicos
Match Point (2006),
dirigido por Woody Allen
Que interesante el poder juntar la psicología con el arte del cine. Muy interesante Blog, ansiosa por la siguiente publicación.
ResponderBorrarBuen articulo sobre esta película, Robert. estamos esperando tu siguiente articulo.
ResponderBorrarBuena pelicula e interensate psicoanalisis de la personalidad ambigua del personaje.... espero más publicicaciones.
ResponderBorrarMe resulta interesante esta fusión entre el séptimo arte y las teorías de un genio de la psicología como lo es Freud.
ResponderBorrarY el síndrome de Estocolmo que tiene que ver con esta película mi estimado Robert?
ResponderBorrarMe parece sumamente genial el hecho de que hayas podido relacionar el contenido de esta película con una teoría tan compleja como lo es la psicoanalítica. Sin duda ha sido un buen aporte y déjame felicitarte por la relación entre psicología y el cine.
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